Nace en 1981 de la mano de la familia Rodríguez Piñeiro y su principal deseo: elaborar Tarta de Santiago de la más alta calidad.
Con el paso de los años, nos enorgullece mantener el mismo compromiso con la repostería tradicional, a la que unimos innovación y tecnología, para satisfacer los criterios de excelencia que aguardan nuestros clientes.
Todo ello ha significado ampliar horizontes desde la sensibilidad de unir el arte con la gastronomía.